Esta experiencia pretende una toma de contacto con los problemas del cuerpo. También una afirmación del mismo. Es sabido que una negación de una zona corporal por repudio de la misma, termina «anestesiando», insensibilizando el punto. La consecuencia de ello, es que todo lo referido al tema, termina por ser mentalmente degradado o deformado imaginariamente.
La reconciliación con el propio cuerpo, es una experiencia recomendable para todas las personas. Asumirlo tal cual es, constituye el primer paso de avance en el criterio de realidad.
