Talleres de la Materia

Una vez al mes realizamos un taller del oficio del fuego, en estos talleres experimentamos con distintas materias, arcilla, peltre, resinas, bronce, hierro y vidrio. Aprendemos a trabajar con el fuego y sus diferentes temperaturas así como vamos teniendo la experiencia de la evolución humana a través del fuego, para algunos el fuego sagrado.

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Bronce

La duplicación de objetos llega con el descubrimiento de la fundición de los metales. Hasta entonces todas las figuras que se hacían eran originales.

Los hombres hacían figuras y utensilios principalmente en madera y piedra. Y los fabricaban tallando o esculpiendo esos materiales, es decir, quitando trozos por golpes, cortes o pulido, hasta conseguir la forma deseada. Es decir, hasta que la forma del material coincidía con la forma que el autor tenía en su cabeza, que imaginaba. Como podemos suponer, el trabajo era muy lento y costoso.

Cuando el ser humano descubre la fundición de los metales se encuentra con un material muy duro y resistente que, sometido a altas temperaturas es líquido y cuando enfría adopta una forma que mantiene. El hombre ya conocía los metales, ya que alguno de ellos (oro, plata, cobre,….) se encuentra en la naturaleza en pequeños trozos metálicos. También conocía la cerámica y sabía cómo la arcilla húmeda es plástica, cuando se seca se endurece y sometida a 800 º de temperatura la forma se hace permanente y aguanta el calor. Tenía ya las herramientas para poder jugar con las materias y las formas. Descubrió que podía dar fácilmente una forma en un material blando como la cera y que luego, manteniendo la forma podía sustituir la materia por otra más dura como el metal. Para ello inventó los moldes.

El trabajo con los moldes es en realidad una gimnasia mental, un ejercicio con la imaginación, con las imágenes. Primero imaginamos una figura, le damos forma en un material blando, imaginamos que el espacio alrededor de esa figura, lo que no es la figura, está lleno de materia y lo que es la figura lo imaginamos vacío (para eso fundimos la cera y la sacamos completamente), ya tenemos el molde. Después llenamos ese vacío con el metal líquido que ocupa todo el espacio y adopta la forma original. Basta romper el molde y en su interior aparecerá la forma conocida pero en una nueva materia.

El primer molde que se utilizó se llama molde caldeo porque apareció por primera vez en Caldea, hacia el VI milenio antes de nuestra era. Se hacía rodeando la figura de cera con pegotes de arcilla blanda, adaptándolos perfectamente a la superficie de la imagen (sin deformarla) que quedaba encerrada en una masa de arcilla. Se deja secar, se funde y saca la cera y se cuece la arcilla. El molde está listo para volcar en su interior el metal fundido.

Posteriormente se empezaron a hacer moldes con materiales como el yeso o la escayola que mezclados con agua tienen consistencia líquida y que, cuando secan, mantienen el volumen, cosa que no sucede con la arcilla que al secar se contrae, más cuanta más agua tuviera. Al trabajar con líquido la fabricación del molde era más rápida y más precisa ya que el líquido copia mejor la superficie de la figura original. Por otra parte, necesitamos hacer una caja o contenedor que contenga ese molde en forma líquida hasta que endurezca. Y ese es el primer paso. Necesitamos imaginar y luego hacer una caja que pueda contener la figura original dejando un espacio alrededor de la figura de al menos 1 cm. como pared del molde, salvo por una de las caras donde debe quedar un orificio para que luego entre el metal líquido.

Ya en épocas recientes con el descubrimiento de los materiales sintéticos (caucho de silicona) se hacen moldes flexibles que dan forma a materiales fríos como plásticos o resinas y que pueden reutilizarse muchas veces.